Vivimos una situación insólita, nadie puede creer ni entender muy bien la realidad que nos toca atravesar como ciudadanos Argentinos.
Las espiral de violencia verbal desatada desde aquellas palabras de la presidente, “…piquetes de la abundancia…”, “…golpistas…”, entre otras manifestaciones nos deja perplejos. El gobierno, es decir Néstor Kirchner, esta empecinado en ganar un juego en el que nadie, solo él, esta jugando. Su estrategia es clara, endurecer la posición y redoblar la apuesta, con el único fin de conseguir un culpable para ofrecer a la sociedad. Desde Puerto Madero, “los soldados Kirchneristas” desinforman a la sociedad. Las retenciones son para garantizar precios bajos en las góndolas”, “tienen como fin redistribuir los ingresos”.
Cuesta bastante creer estos argumentos cuando observamos variables concretas de la realidad que vivimos, las retenciones han trepado hasta el 44% en los últimos 9 meses, sin embargo los ciudadanos que están debajo de la línea de pobreza también han crecido sideralmente. Ni hablar de la escalada en los precios de la canasta básica.
Esto me invita a reflexionar, el objeto de las retenciones no es el que dice el gobierno, o por lo menos, si lo es, no da el resultado esperado. Me inclino por la primera afirmación.
Vamos a otro dato de la realidad: el campo argentino, uno de los más eficientes del mundo, produce alimento para 300 millones de habitantes, con las retenciones actuales el estado se queda con el equivalente al alimento de 120 millones de habitantes; en argentina somos 40 millones, ¿usted paga su comida o se la regala el estado?
Las retenciones venían a engrosar la chequera de la casa rosada, para poder seguir comprando voluntades, no para que los argentinos en conjunto vivamos mejor.
Por eso afirmo que la culpa es “K”, por que el culpable es aquel a quien se imputa una acción u omisión ilícita por haberla cometido de forma deliberada o con negligencia de sus deberes. La culpa de lo que vivimos tiene apellido, “KIRCHNER”. Y el dolo es manifiesto.
Sin embargo, como hombre republicano y de derecho, que soy, debo decir que la responsabilidad a estas horas, no es del culpable, sino del Congreso Nacional. Los legisladores no están para defender los obtusos errores de sus jefes políticos, ni para delegar atribuciones que le son propias, están para hacer leyes, y entre otras cosas para ejercer el control político sobre el poder ejecutivo.
En la última campaña electoral yo escribía que debíamos ser conscientes de lo que elegíamos. Hoy escribo, debemos hacernos responsables de lo que ya elegimos. Y no lo digo por Cristina, lo digo por que, como con Menem, inundamos el congreso de legisladores oficialistas, que no cumplen el rol que deben, sino que refrendan y defienden, cualquier acto, palabra o gesto que emana de sus “jefes”. Así no funciona la república, así no es la democracia. La responsabilidad de estas amarguras hay que buscarla en el Congreso Nacional. Y los ciudadanos comunes, debemos asumir nuestros errores y aprender, que no debemos votar para que las legislaturas sean apéndices de los poderes ejecutivos. En Marcos Paz, en el Honorable Concejo Deliberante, todos los ediles son Kirchneristas. Es un menudo error, del que todos como sociedad debemos sentirnos RESPONSABLES, NO CULPABLES, y en el futuro, obrar en consecuencia.
04-06-08
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