viernes, 6 de agosto de 2010

SE FUE ISIDRO… LA VICTIMA MAS JOVEN DE LA SENSACION DE INSEGURIDAD

El 11 de marzo de 2009, escribí y publique en mi blog una nota que titule “La Ley Injusta – Los Jueces Pilatos”; con profunda decepción a más de un año de aquella columna de opinión que surgía de la coyuntura de aquel momento, me encuentro en igual reflexión, en congruentes sensaciones, en la necesidad estricta de decir exactamente lo mismo…

LA LEY INJUSTA – LOS JUECES PILATOS

La pirámide jurídica conocida por todos rige nuestra vida... ¿la de todos?
Las garantías constitucionales protegen a los ciudadanos... ¿a todos?
La vida es un derecho fundamental… ¿la de todos?
La libertad es bien Supremo… ¿para todos?
La igualdad ante la ley es un principio fundamental… ¿todos somos iguales ante la ley?
No. No. No. Y nuevamente No.
En argentina no es lo mismo ser funcionario público o florista. Secretario de Comercio Interior o miembro de la mesa de enlace. Tampoco camionero o docente. Juez o chacarero. Político o periodista. Reincidente o Mr. A. Wilson. No es lo mismo ser famoso o desconocido. Porteño o catamarqueño. Violador o evasor fiscal. Asesino o productor de soja. Ladrón o Ministro de Planificación.
La lista podría seguir indefinidamente. Sin dudas la realidad es clara y concreta…
No somos todos iguales ante la ley. Mucho menos ante la acción, positiva en algunos casos y pasiva en otros, del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial.
Este encabezado podría utilizarlo para hablar de infinidad de temas, de cómo Scioli fue candidato a gobernador, o Cristina a Senadora. O como fue sobreseído Julio De Vido, o de la bolsa de Felisa Miccelli, o la valija de Antonini, o del fraude electoral, de Skanska, etc.
Pero hoy no escribo sobre un tema objetivo. Hoy voy hablar subjetivamente de la ausencia de seguridad.
Es difícil asumir concientemente; y me refiero crudamente; la realidad que vivimos. Quiero decir, asumir realmente que dentro de cinco minutos podría entrar cualquier delincuente a mi casa, interrumpirme, hacer un “desastre”, arruinar mi vida, lastimar a mi esposa o a mi hijo, matarme e irse. Continuando él, con su vida, con tan solo una “marca” más, en su revolver.
Me siento incapaz de creer que asumo esa realidad como algo muy posible de sucederme a mí. Creo que somos capaces de ver lo que ocurre y hablarlo en tercera persona.
Ahora bien; ¿qué implica hablar de inseguridad? Es asumir la ausencia de un derecho que directa e indirectamente esta garantizado por el marco jurídico argentino.
Nuestros derechos están siendo absolutamente vulnerados mientras que se protegen los de otro. Y ese “otro” es sinónimo, en este caso, de delincuente.
No hay en nuestra Constitución derechos absolutos; pero si existen y deben ser merituados; derechos de mayor envergadura que otros. Que quiero decir… el derecho a la vida es de un rango superior que el derecho de propiedad.
El derecho positivo, (las leyes vigentes) debe ser aplicado por los jueces. Los mismos jueces que en nuestro país efectúan el control de constitucionalidad.
Es en la decisión de esos jueces, que hablan a través de sus fallos, es donde se encuentra el último eslabón de la cadena pública administrativa de un estado. Señores jueces, deben jugar este partido; “Y Ganarlo”. No se escondan detrás de leyes y artículos sin sentido de lo humano. Ni moral, ni esperanza. Que hay de la sana crítica y la libre convicción. La responsabilidad de ustedes es mayúscula.
No hablamos de fallos que benefician a Scioli, De Vido, o Antonini, sus sentencias están matando ciudadanos, están violando hijos, están destruyendo familias.
Si una ley permite u obliga a un juez a dejar en libertad a un violador, esa ley es injusta, e inconstitucional, ¡¡así declárenla!! y no la apliquen. Si normas procedimentales alteran el fin último de la justicia, los legisladores deben modificarlas, los jueces ni mirarlas y los abogados, queridos colegas, piensen que ustedes también viven en esta sociedad; DEJEN DE SOLICITAR MEDIDAS QUE NOS PERJUDICAN.
Señores jueces, no se disfracen de Poncios Pilatos. Su responsabilidad institucional, en este tema, es mayor que para el resto de los poderes del estado.
Poderes ejecutivos; dejen su habitual autismo, procuren estar a la altura de estas circunstancias. No piensen en esta situación como un flanco de campaña, trabajen para sus seres queridos, y si les queda un poco de tiempo, trabajen para los argentinos.
Necesitamos políticas de estado, integrales, de inclusión, educativas; que fomenten la esperanza y el desarrollo personal. Basta de generar pobreza buscando clientelismo barato. Piensen que si se quedan sin material humano para exprimir, sus objetivos deberán cambiar.

Es necesario que asumas, igual que yo, que con este estado de cosas, nos pueden matar en cualquier momento. Y desde ese lugar, desde el miedo, desde el amor a nuestras familias, desde el deseo de ver crecer a nuestros hijos, desde el más ferviente sentido de humanidad, debemos exigir.
No te calles, alza tu voz, no ignores a tu vecino, protesta, no te acostumbres a vivir temiendo disfrutar la vida, aterrorizado ante tu propio progreso que puede hacerte un blanco tentador. No te acostumbres a leer en los titulares que nos están matando de a poco.
Por favor en esto no.
No claudiques. No bajes tus manos. No cierres tus ojos. No acalles tu voz.

Yo, el amor a mi familia, y mis ganas de vivir libre…
Te necesitamos.



POR ISIDRO, POR SU FAMILIA, Y POR TANTOS OTROS ARGENTINOS…
NO NOS ACOSTUMBREMOS, HAGAMOS QUE EL DOLOR HAYA SERVIDO PARA ALGO…

Maximiliano Sampellegrini
05/08/2010