miércoles, 25 de marzo de 2009

TRISTEMENTE, NOS EDUCARON…

24 de marzo de 1976, nada para festejar, sin embargo muchos festejaban… veían en la locura, en la tiranía, en el autoritarismo, en la violencia, en la ausencia total de humanidad, una próspera salida.
24 de marzo de 2009, nada para festejar, sin embargo muchos festejan… ven en la locura, en la tiranía, en el autoritarismo, en la violencia, en la ausencia total de humanidad, una próspera salida.
Aun no cuento treinta y tres años, yo soy uno de los tantos que sufrimos y nos conmocionamos frente al estudio y relatos de aquellos nefastos momentos, sin haber sido protagonista. Yo nací en el 76, soy hijo de una dictadura militar sin embargo casi el total de mi memoria lo ocupa la democracia y aun así nos falta tanto.
Nada puede justificar ni comprender la desaparición forzada de personas, los secuestros, las torturas, los asesinatos… el terrorismo sistemático del estado. Lo repudio enfáticamente y me hago carne del dolor de mis hermanos argentinos que lo padecieron.
Pero sería necio y muy simple, casi un “calendario escolar”, pensar que la dictadura militar instalada en la argentina el 24 de marzo de 1976 fue solo eso. El golpe del ´76 inició un proceso que aún hoy muestra sus consecuencias. Un proceso económico y social. Se eliminaron generaciones de pensadores y críticos, se cortaron de cuajo opiniones políticas, se asesinó sistemáticamente “cualquier amenaza al régimen”. Y esto no fue lo peor. Lo peor es que nos educaron.
Y aprendimos bien, somos, como pueblo, como uno de los elementos más importantes del estado, un ejército de obsecuentes.
Nos enseñaron el no te metas, el en algo andarán, el autoritarismo, a ser pro yanqui. Nos enseñaron que las ideas de izquierda son malas, a usar las recetas del FMI, a enfrentarnos argentinos con argentinos. Nos enseñaron a creer en la democracia, a pensarla como la salvación en si misma, nos enseñaron a creer que la democracia es mágica y que no nos necesita como protagonistas. Nos enseñaron a ser intolerantes, a pensar al distinto como un enemigo. Nos enseñaron a no hacernos cargo y a culpar al otro. A esperar la revancha. Y más…
Nos enseñaron… y los argentinos aprendimos.
Yo quiero aprender a vivir nuevamente.
Quiero saber que la vida es importante, que mis vecinos son mis hermanos. Que los argentinos nos necesitamos unos a otros. Que la democracia es sagrada, y que sirve si participo. Que hay que meterse en todo, que donde hay luz no hay cucarachas. Que el autoritarismo es la ausencia de razón. Que la violencia, es necesaria por ser autoritario. Que a los yanquis no les importamos, y nosotros somos lo importante. Que lo mejor para un argentino es otro argentino. Que ser de izquierda o derecha, no es malo si antes somos argentinos. Que asumir errores es la mejor forma de crecer y la única manera de superarse. Quiero saber que la revancha no cura los daños recibidos, nos convierte en la misma basura.
Lejos de defender la dictadura, quiero decir que los grupos, (no las personas que los integraban), que resistían y otras veces se asociaban, también colaboraron con esa educación, y esperaron su revancha.
Para todos aquellos que dejaron su vida en nuestra historia, tal vez por el afán de perseguir sus ideales o aquellos otros que se perdieron en la ignorancia de un porque; el mejor homenaje seria “crecer como sociedad, como estado, como argentinos, como humanos…”
Si nosotros crecemos como sociedad, ellos habrán escrito la historia y no los dictadores.

Maximiliano Sampellegrini
24/03/2009

lunes, 23 de marzo de 2009

136 TRAIDORES A LA PATRIA

Que significa el “sí” de cada uno de los 136 Diputados de la Nación que ayer, le dieron media sanción al proyecto de violación del Código Electoral. Y digo violación, porque no es una modificación, una mejora, un avance, es una chicana para evitarlo, es una mentira para no cumplirlo, eso sí, por única vez.
Votar si, al proyecto del gobierno significa:
§ Cambiar las reglas del juego a mitad del partido. Lo mismo que con la Res. 125, le hicieron a los productores. Hoy con el adelantamiento de elecciones les cambian las reglas de juego a la justicia que tendrá que acelerar los procedimientos, destruir los padrones realizados e imprimir los nuevos. A los partidos políticos democráticos, que a través de procesos internos eligen sus candidatos y ya no podrán hacerlo, y le quita tiempo para preparar la fiscalización de la elección.
§ Tomar al pueblo de idiota. Nos mienten con la inflación, nos mienten con la desocupación, hoy nos mienten con la crisis internacional (el efecto Jazz no afectaba a la Argentina), para fundar su medida. La crisis no se irá, ni concluirá por adelantar o no las elecciones. Decirnos que si votamos en octubre no se puede trabajar es una verdad parcial, serán 136 los que no trabajen.
§ Atentar contra el federalismo. La sociedad conyugal presidencial demuestra su “tiranía democrática”, los Gobernadores de Provincia y el Jefe de Gobierno Porteño tienen entre sus atribuciones, (no delegadas en el gobierno central) fijar las fechas de elecciones. Mauricio Macri fijó como fecha de elecciones en la Ciudad de Buenos Aires el 28 de junio, y lo fundamentó en que no quería que coincidieran con las elecciones nacionales. Los Kirchner, a quienes les importa muy poco trasvasar los límites, adelantan las elecciones y fijan el mismo 28 de junio, imponiendo la “ley de la selva”, destruyendo el federalismo y las atribuciones de los estados federales.
§ Destruir el orden institucional. Las normas jurídicas de una sociedad están elaboradas para que esa misma sociedad pueda funcionar como tal. Esas mismas normas pueden y deben ser modificadas para ayornarlas al progreso y las situaciones particulares de la contemporaneidad. Pero este no es el caso, ni el “culpable de todos los males”, Carlos Menem atacó tan alevosamente el orden institucional y la seguridad jurídica como Néstor Kirchner.
§ Crisis de representatividad. 136 Diputados demostraron que no representan a nadie, que cobran por ser “escribanos”, no Diputados. Que la reforma política es la deuda mas grande del discurso kirchnerista. Que la disciplina partidaria es un atentado contra la República y el sistema representativo. Que la ley electoral debe ser urgentemente abordada y modificada.
§ Pisotear la investidura Presidencial. Néstor Kirchner gobierna sin respetar el voto popular. Y además embarca a la nación en una lucha huérfana de reglas, con solo un real argumento… las encuestas en la mano, y el beneficio personal. Dije ¡personal!
§ Anular la república. La ley que intenta modificarse fue aprobada por unanimidad, oficialismo y oposición estuvieron de acuerdo que el argumento que el Presidente Kirchner esgrimía en aquel entonces; dar certeza y al fijar la fecha de elecciones por ley, evitar que se utilice el cambio de fecha en beneficio de algún sector en detrimento de otro sector político; era correcto. Hoy, el mismo presidente anula una de las pocas cosas que institucionalmente estaban bien, para conseguir el objetivo que él mismo quiso erradicar.
§ Ser un ignorante, un mentiroso, un imbécil, falaz. Un soberano TRAIDOR.
Esta situación a la que nos expone hoy Néstor Kirchner, es una muestra clara y cabal que es muy importante la elección que viene. Desde cualquier estrado vocifera como loco que se viene un plebiscito, que esta en crisis la gobernabilidad, sus funcionarios hablan que si pierden se van… nada de esto es cierto; son argumentos irresponsables de un insano que planea ser un semidios argentino, y obra en consecuencia.
No debemos ser los ciudadanos los que tengamos miedo. Que teman ellos… los traidores, que lamentablemente no son solo 136.

Maximiliano Sampellegrini
19/03/2009

jueves, 12 de marzo de 2009

LA LEY INJUSTA – LOS JUECES “PILATOS”

La pirámide jurídica conocida por todos rige nuestra vida... ¿la de todos?
Las garantías constitucionales protegen a los ciudadanos... ¿a todos?
La vida es un derecho fundamental… ¿la de todos?
La libertad es bien Supremo… ¿para todos?
La igualdad ante la ley es un principio fundamental… ¿todos somos iguales ante la ley?
No. No. No. Y nuevamente No.
En argentina no es lo mismo ser funcionario público o florista. Secretario de Comercio Interior o miembro de la mesa de enlace. Tampoco camionero o docente. Juez o chacarero. Político o periodista. Reincidente o Mr. A. Wilson. No es lo mismo ser famoso o desconocido. Porteño o catamarqueño. Violador o evasor fiscal. Asesino o productor de soja. Ladrón o Ministro de Planificación.
La lista podría seguir indefinidamente. Sin dudas la realidad es clara y concreta…
No somos todos iguales ante la ley. Mucho menos ante la acción, positiva en algunos casos y pasiva en otros, del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial.
Este encabezado podría utilizarlo para hablar de infinidad de temas, de cómo Scioli fue candidato a gobernador, o Cristina a Senadora. O como fue sobreseído Julio De Vido, o de la bolsa de Felisa Miccelli, o la valija de Antonini, o del fraude electoral, de Skanska, etc.
Pero hoy no escribo sobre un tema objetivo. Hoy voy hablar subjetivamente de la ausencia de seguridad.
Es difícil asumir concientemente; y me refiero crudamente; la realidad que vivimos. Quiero decir, asumir realmente que dentro de cinco minutos podría entrar cualquier delincuente a mi casa, interrumpirme, hacer un “desastre”, arruinar mi vida, lastimar a mi esposa o a mi hijo, matarme e irse. Continuando él, con su vida, con tan solo una “marca” más, en su revolver.
Me siento incapaz de creer que asumo esa realidad como algo muy posible de sucederme a mí. Creo que somos capaces de ver lo que ocurre y hablarlo en tercera persona.
Ahora bien; ¿qué implica hablar de inseguridad? Es asumir la ausencia de un derecho que directa e indirectamente esta garantizado por el marco jurídico argentino.
Nuestros derechos están siendo absolutamente vulnerados mientras que se protegen los de otro. Y ese “otro” es sinónimo, en este caso, de delincuente.
No hay en nuestra Constitución derechos absolutos; pero si existen y deben ser merituados; derechos de mayor envergadura que otros. Que quiero decir… el derecho a la vida es de un rango superior que el derecho de propiedad.
El derecho positivo, (las leyes vigentes) debe ser aplicado por los jueces. Los mismos jueces que en nuestro país efectúan el control de constitucionalidad.
Es en la decisión de esos jueces, que hablan a través de sus fallos, es donde se encuentra el último eslabón de la cadena pública administrativa de un estado. Señores jueces, deben jugar este partido; “Y Ganarlo”. No se escondan detrás de leyes y artículos sin sentido de lo humano. Ni moral, ni esperanza. Que hay de la sana crítica y la libre convicción. La responsabilidad de ustedes es mayúscula.
No hablamos de fallos que benefician a Scioli, De Vido, o Antonini, sus sentencias están matando ciudadanos, están violando hijos, están destruyendo familias.
Si una ley permite u obliga a un juez a dejar en libertad a un violador, esa ley es injusta, e inconstitucional, ¡¡así declárenla!! y no la apliquen. Si normas procedimentales alteran el fin último de la justicia, los legisladores deben modificarlas, los jueces ni mirarlas y los abogados, queridos colegas, piensen que ustedes también viven en esta sociedad; DEJEN DE SOLICITAR MEDIDAS QUE NOS PERJUDICAN.
Señores jueces, no se disfracen de Poncios Pilatos. Su responsabilidad institucional, en este tema, es mayor que para el resto de los poderes del estado.
Poderes ejecutivos; dejen su habitual autismo, procuren estar a la altura de estas circunstancias. No piensen en esta situación como un flanco de campaña, trabajen para sus seres queridos, y si les queda un poco de tiempo, trabajen para los argentinos.
Necesitamos políticas de estado, integrales, de inclusión, educativas; que fomenten la esperanza y el desarrollo personal. Basta de generar pobreza buscando clientelismo barato. Piensen que si se quedan sin material humano para exprimir, sus objetivos deberán cambiar.

Es necesario que asumas, igual que yo, que con este estado de cosas, nos pueden matar en cualquier momento. Y desde ese lugar, desde el miedo, desde el amor a nuestras familias, desde el deseo de ver crecer a nuestros hijos, desde el más ferviente sentido de humanidad, debemos exigir.
No te calles, alza tu voz, no ignores a tu vecino, protesta, no te acostumbres a vivir temiendo disfrutar la vida, aterrorizado ante tu propio progreso que puede hacerte un blanco tentador. No te acostumbres a leer en los titulares que nos están matando de a poco.
Por favor en esto no.
No claudiques. No bajes tus manos. No cierres tus ojos. No acalles tu voz.

Yo, el amor a mi familia, y mis ganas de vivir libre…
Te necesitamos.

Maximiliano Sampellegrini
11-03-2009

martes, 10 de marzo de 2009

QUE APLAUDIMOS DE LA POLITICA DE “DERECHOS HUMANOS”

Como una verdad absoluta se dispara, hace largo tiempo, desde los medios el éxito de la política de derechos humanos, y muchos, cual ganado, repiten esa consigna. Pero, ¿qué es lo que le reconocemos al gobierno de dicha política? ¿qué son los derechos humanos? ¿cuáles son? Y aún más allá ¿qué es la política de derechos humanos? ¿existe dicha política en la agenda nacional?
Me paré frente a estos interrogantes con ganas que salieran respuestas de mí a borbotones, sin embargo, una vez más, analizando al kirchnerismo me encontré con palabras vacías, huérfanas de contenido.
Me hizo falta, (supongo que gracias al hipnotismo mediático), convocar verdades indubitables que evacuaran mi ceguera. Así indefectiblemente mis preguntas encontraron respuestas en la DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS y en la CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.
Luego de recordar en sus líneas que los derechos civiles y políticos, el derecho a la vida, a un nombre, el debido proceso, las garantías judiciales, a la libertad, a la integridad, los derechos del niño, la protección de la honra y la dignidad, la libertad de culto, el librepensamiento y expresión, la protección de la familia, la igualdad ante la ley, la protección judicial…, son derechos humanos me di cuenta que el gobierno nacional no tiene políticas de derechos humanos. Que tener políticas sobre derechos humanos importa intrínsecamente políticas de estado que garanticen el fin del estado. Fin que no es otro que el progreso y la felicidad del elemento humano del estado. Que la protección de la familia implica seguridad, trabajo, educación, que la igualdad ante la ley implica que los corruptos estén en la justicia sin protección adicional, que los derechos civiles y políticos sugieren que no haya fraude, que la protección de la honra y la dignidad merecen la ausencia absoluta de clientelismo, que la abolición de la esclavitud no permite la dádiva y la captación a través de la billetera oficial, que las garantías judiciales y el debido proceso no puede perjudicar al común de la sociedad, que el derecho a la integridad sugiere la valoración del hombre en si mismo…
Tristemente desperté de una utopía. NO EXISTE EN NUESTRO PAIS POLITICA DE DERECHOS HUMANOS.
Nos estafan. Nos engañan. Nos convencen apelando a una de las páginas más tristes y dolorosas de nuestra historia. El derecho a la identidad también es un derecho humano.
La lucha contra los delitos contra la humanidad cometidos por la última dictadura militar no debe ser interpretada como la política de derechos humanos. Podría ser parte de ella, pero no “la” política. Y es quizás una pieza exitosa de este gobierno. Pero los delitos contra la humanidad no solo los cometió el estado. Y los derechos humanos protegen a la humanidad, no a las organizaciones subversivas, no a los revolucionarios, no a los miembros del estado, no a los poderes de turno, simplemente al hombre. A todos los hombres.
Más que política de derechos humanos parece una ajuste de cuentas, una revancha.
A los represores, asesinos, torturadores, secuestradores, ladrones de identidad todo el peso de la ley… a todos ellos.
Parece un tema muy delicado para utilizarlo políticamente.
A los periodistas que repiten como loros que están de acuerdo con la política de derechos humanos les pido que se contesten las preguntas iniciales. No podemos seguir ciegos, creyendo que los derechos humanos es la lucha contra el terrorismo de estado de la última dictadura. Señores yo soy un hombre con muchos más derechos que eso, y no me cansaré de alzar la voz para exigirlos. Mis derechos humanos los vulnera hoy el poder ejecutivo más ilegitimo de los últimos años. ¿Esa es la exitosa política de derechos humanos?


Maximiliano Sampellegrini
09-03-09